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Guía del Ikigai

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En la cultura japonesa existe un concepto que describe el equilibrio entre la vida y el propósito: perseguir un objetivo que merezca la pena y obtener satisfacción del trabajo en sí, no sólo del resultado, como un sueldo a final de mes.

¿QUÉ ES IKIGAI?

El Diccionario Oxford describe el ikigai como «una fuerza motivadora, algo o alguien que da a una persona un propósito o una razón para vivir». Puede considerarse una ocupación que simplemente proporciona placer y disfrute. Y lo que es más importante, también es un estado mental que hay que adoptar en la búsqueda.

La palabra en sí está formada por dos palabras japonesas:

  • Iki – significa vida o vivir
  • Gai – significa resultado, fruto, valor, beneficio.

La palabra resultante Ikigai nos da la razón de vivir o el sentido de la vida. Es nuestro sentido de la finalidad. La académica Michiko Kumano explica que el sentimiento de ikigai en la cultura japonesa significa la sensación de logro, realización y satisfacción que uno siente cuando sigue su pasión. Es importante señalar que estas pasiones son una elección consciente por parte del individuo -trabajar por el placer del trabajo, no por la recompensa- y no algo impuesto, como un trabajo que tienes que hacer para ganarte la vida. Sin embargo, ambos pueden ser la misma cosa.

El psicólogo japonés Katsuya Inoue ha descrito el ikigai como algo que consta de dos partes:

  • «los recursos u objetos que dan valor o sentido a la vida».
  • «el sentimiento de que la propia vida tiene valor o sentido por la existencia de su fuente u objeto».

Por ello, Inoue divide Ikigai en tres partes:

  • Ikigai social: se refiere a lo que beneficia a la sociedad, como el voluntariado.
  • Ikigai no social: se refiere a lo que no es directamente social, como la fe interior y la autodisciplina.
  • ikigai antisocial: se refiere al que está impulsado por emociones como el odio, la envidia y la venganza.

Se dice que el concepto de ikigai y de esforzarse por conseguir un objetivo que merezca la pena, proporciona a los japoneses longevidad, resistencia en la jubilación y una vida sana y feliz. Esto contrasta con el estilo de vida occidental, en el que la gente trabaja en empleos que a menudo no le gustan para jubilarse lo antes posible.

El origen de la propia palabra ikigai parece residir en tradiciones japonesas básicas sobre la salud y el bienestar, que se remontan al periodo Heinan (794 a 1185), y en la creencia de que nuestra salud mental y emocional está fuertemente influida por los objetivos que perseguimos con ella.

Michiko Kumano ha llegado a establecer comparaciones con el concepto griego de eudaimonia -un camino que los antiguos estoicos trataban de seguir-, que significa plenitud o felicidad. La sensación de bienestar y felicidad duradera que surge cuando vivimos bien de acuerdo con nuestros valores y objetivos.

Al igual que la virtud estoica de la justicia, que tiene en cuenta a toda la comunidad, el ikigai se fija tradicionalmente en el objetivo del individuo y en cómo ese objetivo afecta a la comunidad que le rodea.

¿CÓMO PODEMOS ENCONTRAR NUESTRO IKIGAI?

El concepto de ikigai se basa en el individuo. Esto significa que tu ikigai depende de tu propia combinación de talentos, pasiones y del valor que puedas aportar a la sociedad. A menudo se representa como un diagrama de Venn con círculos cruzados:

  • Lo que te gusta
  • En qué eres bueno
  • En qué eres bueno
  • Por qué te pueden pagar

A menudo, sin embargo, nuestro ikigai no está claro de inmediato: a menudo no tenemos ni idea de cómo tomar todos estos puntos y averiguar dónde se cruzan, nadie puede decírnoslo porque no nos conocen tan bien, y es poco probable que tropecemos con él por accidente, aunque es totalmente posible que las personas acaben en trabajos que les satisfagan plenamente y duren toda la vida.

La forma de encontrar nuestro propio ikigai reside en la autorreflexión, el esfuerzo y el tiempo.

El científico y urólogo Ken Mogi, que trabaja en Tokio (Japón), explica en El pequeño libro del ikigai que no importa si eres «un limpiador del famoso tren Shinkansen, la madre de un recién nacido o un chef de sushi con estrellas Michelin»: si encuentras alegría y satisfacción en lo que haces y eres bueno en ello, enhorabuena, has encontrado tu ikigai.

Algo tan sencillo como una afición que te guste, formar una familia o las tareas cotidianas que te aporten alegría pueden llevarte a comprender mejor lo que puede ser tu ikigai.

Héctor García, autor de Ikigai: El secreto de una vida larga y feliz, sugiere que la toma de conciencia es uno de los pasos más importantes en el camino para encontrar las respuestas.

Hagas lo que hagas, hazte estas preguntas:

  • ¿Es algo que me gusta hacer?
  • ¿Es algo que el mundo necesita?
  • ¿Es algo que se me da bien?
  • ¿Puedo cobrar por ello? Si no te pueden pagar por ello, ¿es lo que te pueden pagar un buen compromiso para financiar realmente tu Ikigai?

Si convertimos esta práctica en un hábito día tras día, es muy posible que nos conduzca a nuestro ikigai.

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