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Cómo convertirse en estoico – 3 áreas del pensamiento estoico para empezar.

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¿Cómo convertirse en un estoico? Vivimos tiempos interesantes. Cada vez que coges el teléfono te bombardean con información sobre muchos temas diferentes: política, tu círculo social, publicidad, personas influyentes, vendedores y gurús.

Todo parece luchar por tu atención, y sin embargo sólo es tu teléfono.

También tenemos familias, trabajos, hogares, compromisos, etc. Con el tiempo, toda esta información y este ruido pueden resultar abrumadores, sobre todo si no disponemos de las herramientas adecuadas para afrontarlos.

Nuestra mente es como un cuerpo de agua. Cuando la superficie está agitada, es difícil ver algo con claridad, pero cuando la superficie está en calma, podemos ver el contenido con mucha más claridad. El problema al que nos enfrentamos hoy en día es que hay muchas causas de turbulencia y es difícil encontrar la calma.

El propósito de este post es darte algunas herramientas para ser más estoico y calmar la superficie para encontrar la paz mental.

Te recomiendo que pongas un temporizador en tu teléfono y busques un lugar cómodo para meditar durante 5 minutos cada vez. No tienes que hacerlos todos a la vez, puedes empezar con uno al día si te cuesta sentarte 15 minutos.

1. CÓMO SER ESTOICO CON CONTROL

«Algunas cosas están a nuestro alcance, otras no. En nuestro poder están la opinión, los motivos, el deseo, la aversión y, en una palabra, todo lo que es nuestro; no están en nuestro poder nuestros cuerpos, posesiones, fama, rango y, en una palabra, todo lo que no es nuestro.»

  • Epicteto

El control es algo difícil de reconocer en nuestro mundo moderno. A menudo suponemos que tenemos mucho más control sobre el mundo que nos rodea del que realmente tenemos.

En realidad, tenemos muy poco control. Puede ser una verdad incómoda, pero gran parte de lo que creemos controlar es una ilusión, una historia que nos contamos a nosotros mismos porque nos conviene. La comodidad temporal puede ser la muerte de la prosperidad a largo plazo, y todos tenemos la responsabilidad de examinar nuestra vida objetivamente y decidir qué está bajo nuestro control y qué no.

Cuando se hacen estas dos distinciones, tenemos dos opciones:

  • Podemos elegir pasar nuestro tiempo preocupándonos por cosas que no podemos controlar (ineficaz).
  • Podemos hacernos cargo de las áreas de nuestra vida que sí controlamos y avanzar (eficazmente).

Hay una razón obvia para dedicar tiempo a este tema.

Para muchos de nosotros, las frustraciones del mundo provienen de centrarnos demasiado en lo que no podemos controlar y no lo suficiente en lo que sí podemos.

Nuestra incapacidad para distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, acabará por hacernos sufrir. Hay dos razones principales para ello:

  • Gastamos demasiado tiempo y energía en aspectos de la vida que no están bajo nuestro control.

Los mejores ejemplos de sufrimiento cotidiano debido a elementos externos incontrolables son los siguientes:

  • Tráfico
  • Las acciones de otras personas
  • La gente no responde a los mensajes de texto
  • La economía
  • Tiempo/catástrofes
  • Política
  • No conseguimos suficientes likes en nuestro selfie de Instagram
  • Etc.
  • No asumimos responsabilidades ni nos centramos en las áreas de la vida sobre las que realmente tenemos control:
    • Nuestros pensamientos
    • Nuestras creencias
    • Nuestros valores
    • Nuestra fe

Ya está.

2. PIENSA EN LO QUE SERÍAS

«Primero dite a ti mismo lo que te gustaría ser; luego haz lo que tengas que hacer».

  • Epicteto

¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a pensar en lo que es importante para ti, en lo que crees y en quién quieres ser?

Tu forma de ver el mundo está determinada por tus creencias, valores, experiencias y percepciones. Puedes reducir significativamente tu estrés y tu dolor cambiando la forma en que te ves a ti mismo, a los demás y al mundo que te rodea.

¿Cómo puedes hacerlo?

Elige algo de tu vida que te cause dolor o estrés. Sigue el método socrático para redefinir el origen del dolor:

  1. Determina en qué crees

a. ¿Por qué digo esto?

b. Explícame con más detalle lo que quiero decir.

c. ¿Cómo reacciono ante estos pensamientos?

  1. Desafiar el pensamiento

a. ¿Es esto siempre cierto?

b. ¿En qué circunstancias podría no ser cierto?

c. ¿Qué suposiciones hago?

d. ¿Debo reaccionar siempre así ante este pensamiento?

  1. Considera los hechos que respaldan tu creencia

a. ¿Es fiable mi fuente?

b. ¿Hay pruebas que lo contradigan?

c. ¿Cómo sé que es verdad?

  1. Míralo desde otro ángulo

a. ¿Es posible que alguien lo vea de otra manera?

b. ¿Cuál sería el contraargumento?

Puedes utilizar este método para muchas cosas de tu vida.

A menudo tenemos prejuicios de los que no somos conscientes. No vemos las cosas como son, sino como resultado de lo que somos, y esto puede causar un dolor innecesario si tenemos creencias negativas sobre algo.

Piensa en la persona en la que quieres convertirte. ¿Cómo verían ellos aquello con lo que estás luchando? ¿Serían más compasivos, tranquilos, comprensivos, resistentes, indiferentes, respetuosos?

Cuando realineemos nuestra forma de pensar, cambiará la persona en la que nos convertimos.

3. CÓMO SER ESTOICO CON TUS EXPECTATIVAS.

«Consigues un higo o una uva en un momento determinado del año. Pero si deseas estas cosas en invierno, eres tonto. Por eso, si deseas algo para tu hijo o para tu amigo, aunque no te esté permitido, debes saber que estás deseando un higo en invierno».

  • Epicteto

Una de las mejores herramientas que he utilizado para encontrar tranquilidad es simplemente gestionar tus expectativas. Tus expectativas te causan dolor y es tu responsabilidad cumplirlas.

¿Qué quiero decir con esto?

Cada vez que esperamos que ocurra algo, estamos confiando nuestro bienestar a algo que no podemos controlar. Puede que sea una cantidad muy pequeña, pero con el tiempo suma.

Pongamos un ejemplo. Supón que le abres la puerta a alguien y pasa de largo sin darte las gracias. Es grosero, tienes una reacción ligeramente negativa hacia esa persona. Esperas que alguien te dé las gracias por haberle abierto la puerta.

Sin embargo, no puedes controlar las acciones de los demás. Esta expectativa es como dejar que otra persona controle tu bienestar. Este concepto puede aplicarse al tráfico, al tiempo, a la economía y a otras personas.

Estas cosas no tienen ninguna obligación de satisfacer tus expectativas. Ocurren como van a ocurrir, no como te gustaría que ocurrieran.

Como dice Epicteto en el pasaje anterior, eres un necio si deseas higos en invierno.

AUTOEXPECTATIVAS

Las expectativas que tenemos de nosotros mismos son tan importantes como las que tenemos del mundo.

Las expectativas sobre uno mismo son un equilibrio. Si tenemos demasiados, corremos el riesgo de excedernos y sentirnos culpables, frustrados y no lo suficientemente buenos. Si tenemos muy pocos, podemos volvernos perezosos y apáticos.

Pregúntate a ti mismo:

  • ¿Cuáles son las expectativas que tienes de ti mismo?
  • ¿Son estas expectativas realistas o razonables?
  • ¿Pueden sustituirse por expectativas más realistas?

Por ejemplo, una presión que la gente suele ejercer sobre sí misma es la creencia de que no puede perder.

No es una expectativa razonable. Primero, porque ganar y perder no está en tus manos. En segundo lugar, esta expectativa suele disuadir a la gente de intentar nada en absoluto y provoca ansiedad y miedo.

Una expectativa más realista es: «Voy a hacerlo lo mejor que pueda, gane o pierda, es todo lo que puedo hacer».

Si ganas, estupendo. Si pierdes, levántate, piensa en lo que puedes hacer mejor e inténtalo de nuevo.

EXPECTATIVAS DE LOS DEMÁS:

Acabamos de mencionar que existen grandes diferencias entre las personas. De la crianza que hemos recibido, la cultura, la riqueza, la educación, los amigos, etc. Somos miles de millones, todos con valores, perspectivas, creencias y objetivos diferentes.

Estas diferencias entre las personas conducen naturalmente a comportamientos diferentes, y estas diferencias de comportamiento hacen que algunas personas actúen de formas con las que otras no están de acuerdo. Es el precio de la diversidad.

Resulta doloroso cuando esperamos que la gente se comporte de un modo que consideramos «correcto», «bueno» o «respetuoso». Pero la gente no se comporta según tus valores individuales, sino según los suyos propios. Cuando esperamos lo contrario, los demás suelen desencadenar en nosotros frustración, ira, celos, tristeza y un sinfín de sentimientos negativos.

Es mejor esperar que las personas actúen según su propia naturaleza que esperar que actúen según la tuya.

EXPECTATIVA DEL MUNDO:

Al fin y al cabo, tenemos el mundo. Hay muchas cosas que esperamos en la vida; muchos de nosotros esperamos que la vida sea justa, cómoda, divertida, segura, inclusiva, etc.

En realidad, no es ninguna de estas cosas. El mundo se comportará como siempre lo ha hecho, al azar y sin tener en cuenta las expectativas humanas.

Las cosas sucederán como sucedan. Lo único que podemos hacer tú y yo es centrarnos en nosotros mismos y sacar lo mejor de lo que tenemos.

Amor Fati

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