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10 reglas estoicas de Marco Aurelio

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REGLA UNO:

Ten poder sobre tu propia mente, no sobre los acontecimientos externos. Sé consciente de ello y encontrarás el poder.

Una de las prácticas más importantes, si no la más importante, de la filosofía estoica es comprender que muy pocas cosas son posibles. Casi todo lo que ocurre a nuestro alrededor ocurrirá, a pesar de nuestros esfuerzos por impedirlo, y depende de nosotros aceptar lo que podemos cambiar y lo que no.

Aurelio señala que, en realidad, sólo tenemos control sobre el funcionamiento de nuestra mente, nuestros pensamientos, creencias y acciones. Cuando nos centramos en esto, nos volvemos resistentes, responsables y eficaces. Trabajamos para dominar nuestro mundo interior y así aprendemos a dominar nuestras reacciones ante el mundo exterior, a menudo para mejor.

Cuando nos centramos en los acontecimientos externos, gastamos nuestro tiempo y energía intentando controlar las cosas de la vida que no controlamos totalmente, y corremos el riesgo de frustrarnos, ser ineficaces y perder nuestra sensación de bienestar. Sobre el mismo tema, el filósofo estoico Epicteto dijo:

Cuando trabajamos dentro de nuestra esfera de control, somos por naturaleza libres, independientes y poderosos. Más allá de esa esfera somos débiles, limitados y dependientes. Cuando pones tus esperanzas en cosas que no puedes controlar y tomas sobre ti cosas que pertenecen legítimamente a otros, corres el riesgo de tropezar, caer, sufrir y culpar a los dioses y a los hombres.

SEGUNDA REGLA:

Es una tontería intentar escapar de los errores de los demás. Son inevitables. Intenta escapar de los tuyos.

Sobre el tema del control, las demás personas y su comportamiento escapan a nuestro control. Algunos dicen que una persona puede controlar a otra mediante la coacción, la fuerza, el chantaje u otros medios, pero en realidad una persona siempre tiene la opción de elegir cómo se comporta en un momento dado y nunca estará verdaderamente controlada.

Las actitudes, creencias, valores, prejuicios y percepciones de otras personas escapan a nuestro control y, por tanto, son cosas que debemos aprender a aceptar. Marco Aurelio explica que no podemos escapar a estas cosas. No podemos escapar del contacto con las personas con las que no estamos de acuerdo, no podemos escapar de las personas que percibimos como groseras o poco amables, sólo podemos aprender a aceptarlas para que influyan menos en nuestra tranquilidad mientras intentamos comportarnos de forma coherente con lo que queremos ser.

El filósofo estoico Epicteto, en sus conferencias sobre una higuera, dice: «Quien espere que una higuera produzca naranjas en lugar de higos debe ser considerado un necio, pues está en la naturaleza de la higuera producir higos, y esto debe ser aceptado. Del mismo modo, está en la naturaleza del individuo comportarse de acuerdo con sus valores y creencias y debe ser aceptado como tal.

REGLA 3:

El obstáculo a la acción hace avanzar la acción. Lo que se interpone en el camino se convierte en camino.

Lo que se interponga en el camino no debe verse como un obstáculo, sino como un nuevo camino. Con esta perspectiva, aligeramos la carga de lo que tenemos delante que parecen obstáculos y lo vemos como un camino a seguir, a menudo con lecciones útiles, experiencias beneficiosas y dificultades que pueden hacernos personas más fuertes.

La cita completa es la siguiente

En cierto sentido, los seres humanos son lo más cercano a mí porque tengo que hacer el bien a la gente y sufrir por ellos. Pero en la medida en que ciertas personas se convierten en obstáculos para mi recta acción, el hombre se convierte para mí en una de las cosas indiferentes, no menos que el sol o el viento o un animal salvaje. Es cierto que pueden obstaculizar mi acción, pero no son obstáculos para mis sentimientos y mi disposición, que tienen el poder de actuar de forma condicional y variable: Pues la mente convierte todo obstáculo a su actividad en una ayuda; y así lo que es un obstáculo se convierte en una ayuda en una acción; y lo que es un obstáculo en el camino nos ayuda en ese camino.

REGLA 4:

Si algo externo te atormenta, el dolor no está en la cosa en sí, sino en tu estimación de ella; y siempre puedes retractarte de esa estimación.

Los estoicos creían que una de las principales causas del sufrimiento no es lo que ocurre a nuestro alrededor, sino la forma en que interpretamos lo que ocurre a nuestro alrededor. Por ejemplo, cuando estamos atascados en el movimiento, algunas personas se quejan y entran en un estado de dolor porque esperan estar en movimiento y no quietas. Sin embargo, no es el tráfico lo que les hace sufrir, sino la creencia de que tienen que desplazarse, la expectativa de que no se encontrarán con el tráfico y la creencia de que será terrible llegar lentamente al lugar al que se dirigen, todo ello contribuye a la experiencia del sufrimiento.

En realidad, el tráfico es neutro, no es ni bueno ni malo, es simplemente una realidad de la conducción. A veces nos encontramos con ella y a veces no. Podemos aceptar que la parada escapa a nuestro control y elegir cómo emplear nuestro tiempo, o podemos sentarnos a proyectar nuestras expectativas y creencias sobre ella y sufrir.

Este paradigma puede extenderse a todo: La conducción, las entrevistas de trabajo, el tiempo, la economía, otras personas, casi todo lo que es externo y escapa a nuestro control. La persona que comprende que su interpretación de los acontecimientos determina cómo reacciona ante ellos no sólo es más capaz de cambiar su perspectiva si quiere, sino que también es probable que sufra menos.

REGLA 5:

Siempre tienes la opción de no opinar. Nunca hay motivo para enfadarse o disgustarse por cosas que no puedes controlar. Estas cosas no tienen por qué ser juzgadas por ti. Déjalos en paz.

Esta es una lección de Marco Aurelio que cada vez es más relevante en el mundo moderno. Las redes sociales y la cantidad de información a la que tenemos acceso hacen que estemos constantemente expuestos a diferentes opiniones, acontecimientos mundiales, noticias, cuestiones de derechos humanos, sistemas de creencias, catástrofes naturales, causas sociales y toda una serie de cosas que ocurren en el mundo que nos rodea. Pero no sólo eso, hay otras cosas que ocurren a nuestro alrededor: nuestro trabajo, nuestras relaciones, nuestra salud, nuestras finanzas, nuestra salud mental y nuestra vida en general.

No tenemos que tener una opinión sobre todo lo que nos rodea, no tenemos que juzgar todo lo que vemos. Podemos ser conscientes de cómo utilizamos nuestro tiempo y nuestra energía. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de empantanarnos demasiado y formarnos una opinión equivocada basada en la poca información que hemos encontrado: ambas tienen sus propios problemas.

Tener claro sobre qué tenemos opiniones firmes y qué es importante para nosotros no sólo nos ayuda a proteger nuestro bienestar, sino que podemos centrarnos en unas pocas áreas con competencia en lugar de centrarnos en todo lo demás con mala voluntad.

REGLA 6:

Empieza cada día diciéndote a ti mismo: «Hoy encuentro interferencias, ingratitud, presunción, incredulidad, malicia y egoísmo, todo porque los hacedores no saben lo que está bien y lo que está mal. Por mi parte, hace tiempo que comprendo la naturaleza del bien y su nobleza, la naturaleza del mal y su maldad, y la naturaleza del propio delincuente, que es mi hermano (no en el sentido físico, sino como semejante dotado de razón y de participación en lo divino); por tanto, nada de esto puede perjudicarme, pues nadie puede involucrarme en nada que sea degradante. Tampoco puedo molestar ni herir a mi hermano, pues él y yo hemos nacido para trabajar juntos, como dos manos, dos pies, o dos párpados de un hombre, o las filas superior e inferior de sus dientes. Obstruirse mutuamente es contrario a la ley de la naturaleza, y qué es la irritación o la aversión sino una forma de obstrucción.

En todas las meditaciones, Aurelio muestra una notable compasión y empatía hacia los demás. Aquí demuestra su capacidad para ver la ignorancia de los demás como causa de un comportamiento negativo: No es que algunas personas sean intencionadamente destructivas, sino que sus valores, creencias y experiencias conducen inconscientemente a un comportamiento destructivo y no conocen otro camino. Las personas cuyo comportamiento es inconsciente son producto de su entorno hasta que se dan cuenta de cómo su pasado influye en sus acciones actuales.

REGLA 7:

El tiempo es como un río compuesto de acontecimientos que se suceden, y tiene una corriente violenta; pues tan pronto como una cosa ha aparecido, es arrastrada, y otra viene en su lugar, y esa también es arrastrada.

Un tema recurrente en las meditaciones es el cambio: el universo es cambio, la naturaleza de todo lo que nos rodea es cambiar de una cosa a otra a lo largo del tiempo. La leña tiene que cambiar para crear calor, los alimentos tienen que cambiar para alimentarnos, las personas cambian con el tiempo y los acontecimientos cambian. Esperar que las cosas no cambien es desafiar la naturaleza del universo en el que vivimos, y como escribe Aurelio: en cuanto ocurre una cosa, desaparece y es sustituida por otra. Sólo podemos aprender a aceptar el cambio por lo que es y disfrutar de lo bueno que nos trae.

No es necesario describir las últimas lecciones, así que las he añadido al final como citas que pueden citarse.

REGLA 8:

Si te cuesta levantarte de la cama por la mañana, dite a ti mismo: «Tengo que ir a trabajar, como ser humano. ¿De qué me voy a quejar si tengo que hacer aquello para lo que nací? ¿O es para lo que fui creado? ¿Para acurrucarte bajo las sábanas y mantener el calor?

¿Así que has nacido para sentirte «bien»? ¿En vez de hacer cosas y vivirlas? ¿No ves cómo las plantas, los pájaros, las hormigas, las arañas y las abejas se ocupan de sus tareas individuales y ordenan el mundo lo mejor que pueden? ¿Y no quieres también hacer tu trabajo como ser humano? ¿Por qué no paseas y haces lo que te pide tu naturaleza?

No te quieres lo suficiente. O tal vez amas tu naturaleza y lo que te exige.

REGLA 9:

Cuando te levantes por la mañana, piensa en el precioso privilegio que es estar vivo: respirar, pensar, disfrutar, amar.

REGLA 10:

Si alguien me desprecia, es su problema. Mi única preocupación es no hacer ni decir nada que merezca desprecio.

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