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¿Quién es Thrasea Paetus? Una introducción al intrépido rival de Nerón

Contenido

Introducción

Thraseaea Paetus nació en el año 14 d.C., el mismo año en que murió el primer emperador romano Augusto. Han pasado seis décadas desde que Catón el Joven murió desangrado al lado de la República Romana. En la Roma de Tracia, los ideales de la antigua República -especialmente la libertad- hacía tiempo que habían pasado a la historia para la mayoría de la gente. Aceptaron en lo que se había convertido Roma: un régimen con un poder cada vez más autoritario e irresponsable.

Las primeras inclinaciones de Tracio le convirtieron en alguien que sencillamente no podía aceptar en lo que se había convertido Roma. Desarrolló el gusto por la historia y la filosofía. Esto debió de empezar incluso antes de que los conociera o pensara en clasificarlos, pues las figuras de la lejana República eran vívidas y reales para Thraseus. A medida que crecía, se sentía cada vez más frustrado porque Roma se alejaba cada vez más del mundo sobre el que leía. Al igual que Séneca, aspiraba a hacer carrera como senador, para despertar al Senado de su malvado letargo. Su ascenso en la jerarquía coincidió con el ascenso despiadado y asesino del emperador Nerón a la tiranía.

La mayoría de los compañeros de Thrasea siguieron su ejemplo para llegar a fin de mes. La reacción al asesinato de su madre por Nerón en el año 59 d.C. es ilustrativa. Los demás senadores de Tracia propusieron que se honrara a su señor por sus hazañas. La propuesta se sometió a votación, ante la cual Thraseus, disgustado, no permaneció. Negarse a votar es ahora una especie de estrategia senatorial, pero la abstención de Tracio no dejó lugar a dudas. Reforzó tanto su oposición abierta a Nerón como su conspiración más renuente contra la vida de éste. Hacia el año 63 d.C., Fraseo consideró que ya no había ninguna posibilidad de provocar cambios en el Estado y se retiró. En el año 65 d.C., Nerón se enteró de la existencia de Fraseo y sus conspiradores (ahora conocidos como la oposición estoica) y comenzó a erradicar a los enemigos. Nerón buscó y encontró un pretexto razonablemente plausible para condenar a muerte a Fraseo. Fraseo escribió directamente a Nerón con dos preguntas: ¿cuáles son los cargos y cuándo se celebrará el juicio? Nerón, que esperaba leer una petición de clemencia, no podía creer la «desafiante independencia del inocente». Nerón envió a sus secuaces a dictar inmediatamente la sentencia de muerte. Fraseo los recibió en su casa con sincera indiferencia. «Nerón puede matarme», dijo, «pero no puede hacerme daño».

Las venas de sus dos manos se abrieron. Mientras moría desangrado, dijo al ayudante de Nerón: «Naciste en un momento en que es bueno fortalecer la mente con ejemplos de valor».

Lecciones y ejercicios

Elige un Catón

En sus cartas a Lucilio, Séneca le insta a elegir un modelo a imitar:

«Elige un Cato… Elige a una persona cuya forma de vida, palabras y rostro reflejen el carácter que hay tras ellos, y que haya obtenido tu aprobación. Haz que siempre se fije en ti, ya sea como tu protector o como tu modelo a seguir. En mi opinión, es necesario tener a alguien como vara de medir con la que nuestros personajes puedan medirse. Sin una regla con la que medirte, no podrás enderezar lo torcido».

Según Plutarco, Thraseus eligió a Catón como su Catoua a una edad temprana. Los estoicos hablan una y otra vez de estudiar la vida de los «grandes». ¿Y por qué? Para aprender qué hacer y qué no hacer. Inspirarse en sus maravillosos logros por el bien común, horrorizarse ante su egoísmo y codicia, y convertir esa comprensión de ambos en victorias privadas.

Busca a un Catón o a alguien que sirva de ejemplo de quién debe ser y quién no debe ser. Estúdialos con diligencia -hoy, mañana y siempre- y luego, cuando te encuentres en una situación difícil, deja que su ejemplo te guíe.

Levántate

Los conceptos erróneos modernos -que el estoicismo es «resignación», que los estoicos y la idea de resistencia civil no van de la mano- sorprenderían a los muchos tiranos y opresores que han entrado en conflicto con los estoicos a lo largo de los siglos. La obstinada resistencia de Fraseo a la tiranía de Nerón fue una carga constante y paralizante para su gobierno. Y resulta que Nerón no había neutralizado a Thraseus lo bastante pronto. La discordia en el Senado que Thraseus había intentado crear en su carrera había progresado más de lo que tal vez se hubiera dado cuenta. El apoyo de Nerón empezó a disminuir lentamente, pero tras el suicidio forzado de Thrasea se derrumbó. Cuando se despertó una mañana, descubrió que sus guardaespaldas habían descuidado sus obligaciones. Sabía que se le acababa el tiempo. En lugar de esperar a ser detenido, cogió un cuchillo y se apuñaló en el cuello.

Aproximadamente un siglo más tarde, el emperador Marco Aurelio describe en las primeras páginas de las Meditaciones su gratitud «por haber conocido a Fraseo, Elvidio, Catón, Dión y Bruto, y por haber concebido una sociedad con leyes iguales, con estatus y lengua iguales, y con gobernantes que respetan la libertad de sus súbditos por encima de todo».

La negativa de Thrasea a aceptar la injusticia, a aceptar el statu quo y a doblegarse ante cualquiera que se inclinara ante el régimen puso en marcha una serie de acontecimientos que condujeron al cambio. Encarnaba lo que significa ser estoico. La fuerza de su convicción de que él, una sola persona, podía cambiar la historia. Su sentido del deber y de la finalidad, que le era imposible hacer otra cosa que no fuera levantarse. Su ejemplo nos recuerda una y otra vez que las personas que tienen este poder acaban cambiando el mundo, por muy fuertes o poderosos que sean sus enemigos.

Martin Luther King Jr. lo entendió muy bien. «Cada vez que los hombres y las mujeres enderezan la espalda», dijo, «van a alguna parte, porque un hombre no puede montar a tu espalda a menos que esté inclinado». Todos los que luchamos por algo, los que intentamos provocar un cambio, tenemos ese poder de levantarnos, de negarnos, de ceder. Thrasea ha utilizado ese poder. ¿Lo harás?

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