En nuestros caóticos tiempos modernos, la gente recurre cada vez más al estoicismo para encontrar paz y estabilidad en su vida. ¿Cuáles son las creencias estoicas más importantes y siguen siendo válidas en el mundo actual?
La respuesta parece ser un sí rotundo.
Si comprendes las creencias que conforman el pensamiento estoico, puede ayudarte a utilizar realmente los conceptos del estoicismo para llevar una buena vida. Así que, sin más preámbulos, vamos a sumergirnos en el libro.
¿Qué es el estoicismo?
La escuela filosófica estoica fue fundada en Atenas a principios del siglo III a.C. por Zenón de Ketos. Una de las ideas centrales del estoicismo es que la práctica de la virtud ayuda a las personas a prosperar y tener éxito.
Si eres nuevo en el mundo del estoicismo, merece la pena que eches un vistazo a nuestra guía introductoria al estoicismo para profundizar en él.
1. vivir en armonía con la naturaleza para una vida fluida
El estoicismo es básicamente una teoría eudaemonista. La palabra eudaimonía se traduce a menudo como «felicidad», pero algunos sostienen que las mejores traducciones son «buena vida», «prosperidad» o «bienestar humano». En su sentido más verdadero, el término significa «tener una mente buena y despierta».
Las teorías eudaimonistas son filosofías morales que asumen que el bienestar tiene un alto valor porque se consigue mediante la acción correcta. La acción correcta se define como la acción que conduce al bienestar individual.
Los estoicos creían que el camino hacia la felicidad consiste en vivir en armonía con la naturaleza.
¿Cómo vivimos en armonía con la naturaleza? ¿Qué querían decir los estoicos cuando utilizaban el término naturaleza?
¿Qué entendían los estoicos por «naturaleza»?
Cuando pensamos en la naturaleza, probablemente pensamos en el entorno natural en general. Pensamos en ríos, montañas, árboles, pájaros, ciervos e insectos. Eso podría hacernos reflexionar sobre el tiempo y el clima en general.
Pero para los estoicos, «naturaleza» es un concepto increíblemente complejo que puede tener muchos significados.
Naturaleza cósmica
Cuando los estoicos hablan de vivir en armonía con la naturaleza, se refieren, por un lado, a vivir en armonía con todo el universo. Una creencia importante de los estoicos era que el universo es un sistema bien ordenado y organizado racionalmente. Esta idea está estrechamente relacionada con el concepto de destino de los estoicos, porque su sistema organizado racionalmente no deja lugar al azar.
En este sentido, vivir en armonía con la naturaleza significa atenerse voluntariamente a lo que está predeterminado.
La naturaleza de todo en el universo
Los estoicos también entienden por naturaleza la constitución y el carácter particulares de cada cosa del universo.
Por ejemplo, la naturaleza de los animales es muy diferente de la naturaleza de las plantas, y la naturaleza de las plantas es muy diferente de la naturaleza de las rocas. El uso de la palabra «naturaleza» se refiere a la forma en que nacen, cambian y mueren las cosas existentes.
Si una planta ha de vivir conforme a su naturaleza, realizará con éxito las tareas necesarias para florecer. Una planta floreciente recibe los nutrientes que necesita, se multiplica, crece y excreta residuos.
Los animales tienen características adicionales como el movimiento, la percepción sensorial y el deseo. Sus comportamientos suelen ser más complejos que los de una planta cuando viven en armonía con la naturaleza.
Por ejemplo, muchas especies animales tienen un instinto innato de cuidar de sus crías. Por tanto, sería contrario a la naturaleza de un animal desatender a sus crías.
Para los estoicos, la capacidad más notable, única y distinta que posee el ser humano en comparación con los demás animales es la razón.
En el contexto de esta definición estoica de la naturaleza, vivir según la naturaleza significa vivir según la facultad de la razón.
2. La vida virtuosa es el camino hacia una vida buena.
Otra creencia estoica fundamental es que la virtud es necesaria y suficiente para una vida feliz. Básicamente, pasamos mejor la vida cuando alineamos nuestras creencias, pensamientos y acciones con las cuatro virtudes básicas.
Las cuatro virtudes estoicas son la sabiduría, la justicia, el valor y la templanza. En la taxonomía de la ética estoica, cada una de estas virtudes se divide a su vez en varias subcategorías.
Para los estoicos, hay que poseer todas las virtudes para ser virtuoso. Constituyen una unidad y, por tanto, son inseparables.
¿Qué significa vivir virtuosamente?
En muchos sentidos, la cultura estadounidense dominante ha perdido completamente la cabeza en lo que se refiere a cómo encontrar la felicidad. Con demasiada frecuencia, la gente cree que las posesiones, la riqueza, el estatus, la validación y otras cosas externas nos harán felices.
Si quieres enfocar la vida como lo hacían los antiguos estoicos, tienes que cambiar esta mentalidad.
De hecho, la felicidad se consigue con una vida virtuosa y no con cosas externas. Si damos prioridad a las cosas externas sobre nuestro deseo de ser virtuosos, no estamos viviendo en armonía con la naturaleza y es probable que experimentemos consecuencias como el aislamiento, el miedo y una serie de emociones negativas y tóxicas.
Lo bueno, lo malo y lo indiferente
Los estoicos creían que la virtud es la única condición necesaria y suficiente para que se produzca la felicidad. Por supuesto, para saber cómo actuar virtuosamente, hay que saber lo que es bueno y lo que es malo.
Los estoicos tenían definiciones sencillas para cada uno de estos términos, pero tenían una tercera categoría que es necesario comprender. Esto es lo indiferente.
Lo bueno
Para los estoicos, la virtud es el único bien verdadero de la vida. Muchas cosas que generalmente llamaríamos «buenas» entran en la categoría de «indiferentes» en el mundo de la filosofía estoica.
Básicamente, la palabra «bien» se utiliza sólo en su sentido puramente moral.
Los estoicos creían que la perfección de la razón es la virtud. Para cualquier ser racional, la naturaleza perfeccionada es la perfección de la razón.
Lo malo
Los estoicos creían que la decadencia de la virtud es el único mal (o vicio) verdadero de la vida. En esencia, el vicio es el mal.
Hemos enumerado anteriormente las cuatro virtudes del estoicismo, a saber, la sabiduría, la justicia, la valentía y la templanza. Cada uno de estos vicios tiene uno opuesto, así tenemos la estupidez, la injusticia, la cobardía y la promiscuidad.
Indiferencia
Si examinas las definiciones estoicas del bien y del mal, probablemente descubrirás que parece que sobra mucho. Esto se debe a que todo lo demás no se consideraba ni bueno ni malo, sino indiferente.
Las cosas indiferentes eran cosas que ni contribuían ni restaban a una vida feliz per se. En cambio, eran cosas que podían utilizarse para el bien o para el mal, según la persona quisiera utilizarlas.
Los estoicos, sin embargo, dividieron a los indiferentes en subcategorías.
Algunos indiferentes se consideran «preferidos», mientras que otros se consideran «no preferidos». Los primeros son indiferentes y «según la naturaleza», mientras que los segundos son «contrarios a la naturaleza».
En resumen, las cosas que entran en la categoría de indiferencias preferidas son cosas que constituyen elecciones racionales para el individuo precisamente porque, en general, favorecen su estado natural. Las indiferencias preferidas incluyen:
- Vida
- Belleza
- Buena reputación
- Salud
- Potencia
- Placer
- Riqueza
- Nacimiento noble
- Los indiferentes preferidos, por otra parte, incluyen:
- Muerte
- Fealdad
- Mala reputación
- Enfermedad
- Debilidad
- Dolor
- Pobreza
- Ignorancia del nacimiento
La virtud o el vicio de una persona no se definen por el conjunto de indiferencias. En algunos casos, incluso puede ser virtuoso elegir una indiferencia no preferida en lugar de una indiferencia preferida. En la mayoría de los casos, sin embargo, conviene optar por indiferentes preferentes.
Es la forma en que una persona elige o utiliza sus indiferencias secundarias lo que determina su virtud o su vicio, no la mera posesión de esas indiferencias secundarias. Nos volvemos felices cuando utilizamos lo virtuoso indiferente y, a la inversa, nos volvemos infelices cuando utilizamos lo vicioso indiferente.
3. la dicotomía del control
Una idea estoica que puede provocar una seria revolución en tu vida es la de la dicotomía del control.
Puede parecer una teoría filosófica elevada, pero en realidad es increíblemente práctica. Si empiezas a adoptarlo en tu propia experiencia vital, lo más probable es que descubras que te beneficia.
En la dicotomía del control, las cosas que experimentamos se dividen en dos categorías: las que podemos controlar y las que no.
¿Qué puedes controlar?
Según Epicteto, las cosas que podemos controlar son:
- Opinión
- Deseo
- Persecución
- Aversión
- Nuestras propias acciones
Puede que la brevedad de esta lista te parezca un motivo de preocupación. ¿Realmente hay tan pocas cosas que podamos controlar?
Pero cuando piensas en ello, te das cuenta de que en realidad es increíblemente liberador y te ayuda a darte cuenta de lo poderosa que eres. Tienes control sobre tus pensamientos y acciones. Puedes fijarte objetivos y alcanzarlos, puedes esforzarte en investigar un tema y formarte una opinión sobre él, y puedes decidir cómo reaccionas ante todo lo que te ocurre en la vida.
¿Qué no puedes controlar?
Epicteto también describe lo que escapa a nuestro control. Estos son:
- El cuerpo
- Reputación
- Propiedad
- Mando
- Lo que nuestras acciones no son
A algunas personas les puede sorprender la idea de que no tenemos control sobre nuestro cuerpo. Puede que te digas a ti mismo: «Puedo mover el brazo siempre que quiera, puedo hacer ejercicio y perder peso, puedo comer bien y evitar enfermedades.
Pero en realidad no tienes ningún control sobre tu cuerpo. Puede que incluso conozcas a alguien que lo ha hecho todo «bien» (come bien, hace ejercicio, duerme bien) y le han diagnosticado una enfermedad incurable.
También es posible que te burles de la idea de que no tienes el control de tus bienes o de tu reputación. Puedes pensar que tienes control sobre tu casa, tu riqueza y lo que los demás piensan de ti. Al fin y al cabo, has trabajado duro para ganar tu dinero, has cuidado de tu casa y has cultivado cuidadosamente una personalidad que te hace admirable.
Lo que tienes que entender es que el hecho de que tus acciones puedan influir en estas cosas no significa que tengas un control total sobre ellas. Alguien puede entrar en tu casa, tu negocio puede hundirse y te pueden acusar falsamente de un crimen atroz que te convierta en un paria de la noche a la mañana.
Lo que puedes controlar, sin embargo, es cómo reaccionas cuando te ocurren estas cosas. En última instancia, es ahí donde reside tu poder.
¿Por qué es importante?
Puede que pienses que analizar las cosas que puedes y no puedes controlar es sólo un juego para personas que creen que la filosofía es algo divertido para discutir durante la cena.
Eso no es cierto.
Comprender lo que puedes y no puedes controlar puede cambiar tu vida. ¿Por qué no puede? Porque puede ayudarte a decidir dónde invertir tu energía.
Todo lo que hacemos tiene un coste de oportunidad.
Si te pasas la vida preocupándote por cosas que no puedes controlar, significa que no estás invirtiendo tu energía en las cosas que puedes cambiar.
¿Has pasado alguna vez horas, días, semanas o incluso años preocupándote por algo que nunca ocurrió? Piensa en dónde podrías haber puesto esa energía y en qué podrías haber estado pensando y trabajando.
El control en dos partes de tu vida puede ser un poderoso antídoto contra la ansiedad.
Por ejemplo, si luchas contra la ansiedad social, puede ser muy útil darte cuenta de que no puedes controlar tu reputación. No puedes controlar lo que los demás piensan de ti. Entonces, ¿por qué debes preocuparte? ¿Qué tal si te centras en ser la mejor persona que puedes ser en lugar de pasar el tiempo imaginando lo que los demás piensan de ti?
La próxima vez que estés preocupado por algo, enfadado por algo o, en general, aferrado a algo, pregúntate: ¿puedo controlar esto?
Si no, no te preocupes. Si la respuesta es afirmativa, pregúntate: ¿Qué puedo hacer para cambiar esto?
4. ¿Tenemos los recursos que necesitamos dentro de nosotros mismos?
Existe un gran malentendido sobre el estoicismo en la lengua vernácula, principalmente porque la palabra estoico (con s minúscula) se confunde a menudo como sinónimo de estoico (con S mayúscula).
Ser un estoico con s minúscula es ser capaz de «soportar el dolor o las dificultades sin mostrar sus sentimientos ni quejarse». A las personas que parecen no tener sentimientos se las suele llamar «estoicas».
Practicar el estoicismo no significa que tengas que carecer de sentimientos.
Los antiguos estoicos creían que ciertas emociones son tóxicas, como la ira, la ansiedad, la envidia y el miedo. Otros, sin embargo, son buenos, como
- Amor a los demás
- Alegría
- Gratitud
- Deseo piadoso racional
- Atención razonable
Ser Estoico no significa que debas dejar que tus emociones te gobiernen, ni que debas reprimir tus sentimientos. En definitiva, los estoicos tenían una visión optimista de la personalidad humana.
Muchos estoicos discutían el hecho de que todos nacemos con todo lo necesario para triunfar en la vida. Cleanthes escribió que todos tenemos la semilla de la virtud dentro de nosotros, mientras que Panethius dijo que la naturaleza da a cada uno instintos para la virtud.
Hay algo maravilloso en la idea de que tenemos todos los recursos que necesitamos para triunfar en la vida. Es fácil caer en la trampa de pensar que hay cosas externas que necesitamos para ser felices y estar contentos. Que una persona esté obsesionada con tener más dinero, un piso mejor, una pareja o mudarse al otro lado del país como solución a sus problemas es, básicamente, no entender nada.
5. Tienes todo lo que necesitas para tener éxito.
Dependiendo de lo entrenado que estés en el uso de tus recursos internos, puede llevarte un tiempo averiguar cómo acceder a ellos o qué significa utilizarlos. Puede que necesites fortalecer los músculos de estos recursos si no los has utilizado en el pasado.
La próxima vez que te encuentres en una situación difícil, por grande o pequeña que sea, sigue el consejo de Epicteto:
«Cada vez que surja un reto, vuélvete hacia dentro y pregúntate qué fuerza puedes reunir en esa situación. Cuando te enfrentes a la tentación, practica el autocontrol; cuando sientas dolor, sé firme; cuando sientas repugnancia, sé paciente. De este modo, superarás los retos de la vida en lugar de sentirte abrumado por ellos».
Una de las cosas más asombrosas de la vida es que a veces las peores situaciones en las que nos encontramos son las que nos ayudan a darnos cuenta de lo que estamos hechos. Es en la adversidad donde aprendemos de lo que somos capaces y cómo podemos crecer.
Epicteto describió los recursos con los que creía que nacemos, entre ellos
- Nuestro discurso
- Nuestros sentidos
- El poder de nuestras elecciones
- Prejuicios morales específicos
Dijo que el principal objetivo de la educación es hacernos comprender estas ideas morales preconcebidas para que podamos utilizarlas y mejorarlas y disponer de ellas.
Tienes todo lo que necesitas para vivir una buena vida y ser feliz.
6 El arte de vivir es un proceso
¿Sientes a veces que tienes mucha energía para superarte?
Te levantas un día y decides cambiar toda tu vida. Mejorarás. A partir de ahora serás una persona diferente.
Eso está bien, pero si supones que puedes pasar de cero a cien, te sentirás decepcionado y sentirás que fracasas.
Por ejemplo, supongamos que te levantas por la mañana y decides que es hora de perder peso. Te propones hacer ejercicio seis días a la semana.
Todo va bien hasta que te despiertas y te encuentras mal. No haces ejercicio ese día y tu vergüenza por no haber conseguido tu objetivo te hace tirar completamente el plan por la ventana.
La realidad es que siempre te sentirás decepcionado si adoptas una actitud de perfección. En la vida siempre surgirán obstáculos, por muy bien que los planifiques. Siempre cometeremos errores en la vida, por muy cuidadosos, racionales e informados que intentemos ser.
Los estoicos creían que la vida es un proceso constante de mejora. Siempre hay algo que hacer, incluso a nosotros mismos. Desgraciadamente (o quizá afortunadamente), probablemente no alcanzaremos la perfección absoluta hasta que tengamos 45 años y no tengamos que volver a trabajar para mejorarnos.
Cada vez que encontramos obstáculos en el camino, tenemos la oportunidad de mejorar. Podemos hacerlo:
Aprende qué debes tener en cuenta en el futuro
Comprender mejor cómo pensar las cosas
Reconocer mejor y evitar las emociones tóxicas
Determina cómo actuar con virtud
Puede que nunca todos alcancemos la versión perfecta de nosotros mismos. Pero si trabajamos para conseguirlo cada día con todas nuestras fuerzas, será bueno para nosotros y para todos los que nos rodean.
7. No tenemos que dejar que nuestros sentimientos nos controlen
Cuando no utilizamos los recursos que tenemos en la vida y nos aferramos a creencias destructivas y falsas, nos hacemos vulnerables a una larga lista de emociones tóxicas. Hay muchas situaciones humanas que son improductivas y desagradables, y los estoicos creían que debemos controlar estas emociones negativas.
Pero si nos dejamos llevar por estas situaciones, lo que hagamos en la vida se resentirá y decepcionaremos a los demás.
Quizá no te sorprenda saber que el miedo se considera una emoción negativa en el mundo del pensamiento estoico. Lo que quizá no sea tan obvio es que la esperanza también se considera una emoción que hay que domar.
De hecho, la esperanza es lo contrario del miedo.
Ambas situaciones surgen cuando nos quedamos atascados en el futuro y proyectamos resultados, positivos o negativos, en un tiempo que aún no ha llegado. Cuando haces esto, te estás centrando en algo que escapa a tu control.
En lugar de esperar días mejores en el futuro o permanecer despierto por la noche preocupándote por lo que ocurrirá en el futuro, una estrategia mejor es centrarse en lo que está ocurriendo ahora.
Los estoicos también discutieron ampliamente la emoción de la ira. Creían que la ira suele crear más problemas que lo que ocurrió y causó la ira en primer lugar. Como dijo elocuentemente Marco Aurelio:
«La ira y el dolor que provoca son mucho más perjudiciales que las cosas que nos hacen enfadar».
Ser estoico no significa que tengas que fingir que no tienes sentimientos. Sólo significa que te engañas a ti mismo. Ser sincero contigo mismo sobre cómo te sientes es el primer paso para domar los sentimientos negativos que no te hacen sentir bien.
No importa si sientes miedo, esperanza, preocupación o ira. Lo más importante es reconocerlo e intentar centrarse en el momento presente. El objetivo es pensar con claridad para que puedas hacer la mejor elección posible que tengas en tus manos y proceder en consecuencia.
8. La filosofía social de los estoicos
Muchos estoicos también defendieron la idea del cosmopolitismo.
Esta palabra puede hacerte pensar en un cóctel afrutado o en una revista femenina, pero está claro que no es lo que querían decir los antiguos filósofos.
El cosmopolitismo del que hablan los estoicos es «la idea de que todas las personas son miembros de una misma comunidad».
La idea es que todas las personas están íntimamente conectadas y regidas por la misma naturaleza universal. Nuestro objetivo es vivir juntos, trabajar juntos y ayudarnos mutuamente para lograr un resultado armonioso.
Sin embargo, si uno no es consciente de su propia naturaleza y no es capaz de pensar o utilizar la mente, esta fraternidad se rompe.
A los ojos de los estoicos, todas las personas son iguales. No importa si uno es rico o no, poderoso o no, si tiene una buena relación con la comunidad o no. Básicamente, todos somos iguales.
Al mismo tiempo, nuestros propios intereses no pueden separarse de los intereses de los demás. Esto significa que nos interesa cooperar y participar activamente en la sociedad.
Marco Aurelio escribió:
«Nacimos para trabajar juntos como los pies, las manos y los ojos, como dos juegos de dientes, el superior y el inferior. No es natural entorpecerse mutuamente. Enfadarse con alguien, darle la espalda: Todo eso es antinatural».
En una cultura que parece cada vez más militante, este tipo de actitud puede parecer demasiado optimista. Pero también hay algo tan instintivamente cierto que es difícil dejarlo de lado sin segundas intenciones.
¿Cómo cambiaría el país si todo el mundo adoptara de repente esta actitud, por poner un ejemplo de Estados Unidos? ¿Y si todos los que te rodean, tus vecinos, tus colegas y tu familia, buscaran formas de ayudar a los demás y pensaran en cómo están conectados con la comunidad en general?
Por supuesto, esto no puede hacerse de la noche a la mañana. Pero como experimento mental, probablemente puedas imaginar que la vida cotidiana sería muy diferente.
No sólo sería más agradable pasear por tu barrio, sino que las cosas funcionarían mejor. Cuando vas a una tienda, la gente que trabaja allí se siente obligada a ayudar a los demás, y la gente que compra allí hará lo mismo.
Aunque es bonito soñar que podemos agitar una varita mágica y cambiar el mundo en un instante, no tenemos ningún control sobre cómo actúan los demás ni sobre lo que piensan.
Sin embargo, tenemos control sobre cómo actuamos y pensamos.
Marco Aurelio dio algunos buenos consejos en sus meditaciones para motivarte a levantarte por la mañana:
«Siempre que te cueste levantarte por la mañana, recuerda que la naturaleza te creó para cooperar con los demás».
Si quieres abrazar esta creencia estoica básica, deberías probar una meditación descrita por Aurelio:
«A menudo meditas sobre la interconexión e interdependencia de todas las cosas del universo. Todas las cosas están interconectadas y, por tanto, tienen afinidad entre sí, pues una cosa sigue a otra según la intensidad de su movimiento, su turbulencia simpática y la unidad de toda sustancia.»
9. Todo en el universo forma parte de Dios
En la actualidad, muchos textos sobre estoicismo parecen omitir el concepto de Dios, promoviendo los aspectos de autoayuda del estoicismo y dejando fuera de la discusión las partes más espirituales.
Sin embargo, para conocer realmente el estoicismo, es importante comprender que los antiguos estoicos creían que todo en el universo forma parte de Dios. Algunos pueden argumentar que esta definición de Dios es esencialmente sinónima de la palabra naturaleza, pero no es eso lo que querían decir.
En palabras de Zenón, el fundador del estoicismo:
«Nada que no tenga una parte de mente y de razón puede dar nacimiento a lo que es animado y racional. Pero el mundo da a luz a los que son animados y racionales. Por tanto, el mundo es animado y racional».
Los estoicos creían que el mundo estaba organizado por la razón o la lógica. Sin embargo, el concepto de Dios de los estoicos no era omnipotente, pues el poder de Dios o de los dioses está limitado por la razón y las posibilidades naturales.
¿Puede el estoicismo ayudarte a mejorar tu vida?
Debido a la creciente popularidad del estoicismo, puedes encontrar muchos artículos, libros y podcasts sobre estoicismo. Sin embargo, muchos de ellos tienden a adoptar un enfoque más autoayuda de la filosofía y se centran más en conceptos concretos.
Aunque esto no es malo en sí mismo, puede ser útil comprometerse con las creencias de los antiguos estoicos para fundamentar tu práctica y trabajar en mayor profundidad como individuo.
Para saber más sobre los estoicos y cómo su filosofía puede ayudarte a mejorar tu vida, consulta nuestra creciente biblioteca de recursos sobre el estoicismo.